Me olvidé incluso de las calles que recorrí contigo... en aquél viaje,
qué mayor enajenación.
Mi estupor llegó al ver el nombre del Hotel Sablón, y de repente, brotaron cuán cascada los recuerdos;
Esa lluvia torrencial que nos inundó el paisaje, la habitación compartida, las compras improvisadas, el rompeolas, los paseos, y cómo no! las fotos, donde aparecía feliz, en el balcón del hotel pegando al mar...
y también recordé esa fatídica frase: "no tienes ni una pizca de imaginación", saliendo por tu boca...
!qué genial es mi memoria!
qué mayor enajenación.
Mi estupor llegó al ver el nombre del Hotel Sablón, y de repente, brotaron cuán cascada los recuerdos;
Esa lluvia torrencial que nos inundó el paisaje, la habitación compartida, las compras improvisadas, el rompeolas, los paseos, y cómo no! las fotos, donde aparecía feliz, en el balcón del hotel pegando al mar...
y también recordé esa fatídica frase: "no tienes ni una pizca de imaginación", saliendo por tu boca...
!qué genial es mi memoria!
No hay comentarios:
Publicar un comentario