lunes, 23 de febrero de 2015

El hijo de Internet


Las sutilezas del sueño

Tú y yo en un stand de libros ojeando sus títulos, frente a frente…
Y de repente apareció una persona que comenzó a hablarte…
Ella, era tu madre, yo lo sabía aunque no la viera, y ella sabía que yo tenía algún vínculo contigo, aunque no calibraba cuál, ni cuánto, ni de qué manera…
Ella te hablaba sin acercarse, y me observaba mientras te hacía un somero relato de esas cosas de las que no te puedes olvidar…
Y yo sentí que te recordaba los asuntos q son importantes en tu vida… te recordaba quién eres… y quién es tu familia…
Decidí no darme la vuelta a mirarla, y a la vez sentía su mirada posada en mí… observando mi movimiento…  tranquilo y pausado… y con todas las antenas abiertas…
Salvo mis oídos a su relato, pq intuía que era algo íntimo…
Cuando se fue, giré la cabeza y vi a una mujer joven y morena… pequeña de complexión y con ropas sencillas… y sentí que no era el cuerpo de tu madre sino una mensajera.
Al mirarte, me sonreíste, e hiciste un gesto de: seguimos a lo nuestro… y me guiñaste el ojo para serenar mi posible incertidumbre…
Permanecí en ese estado de bienestar a tu lado, en un tiempo sin tiempo, …
y esto me llevó a mirarme por dentro y  percibí un don que de repente aparecía, cómo una revelación: mis ojos podían descubrir, la sutilidad de los elementos… los fractales de los que estaban compuestos,…
Y sucedió q,
Miraba aquí, allá, daba igual dónde y descubría las formas internas, su repetición y su belleza… que se elevaban hasta llegar al objeto, al elemento visual común… la pared, la flor, el agua,… lo que fuera.
Estaba maravillada…
Y apareció la arena,
y cuando mi mirada se alejaba, de repente estaba metida en una partida de palas… en una playa, … que se  convirtió en una imagen en un pantalla de móvil, al que di la vuelta… expandí  la imagen y me trasladé a la zona interior de la playa… a ver que encontraba…
Pq sabía que había comenzado la aventura… y tenía muchas opciones a descubrir…
Y me desperté.