Amigo mío,
Te escribo para
recordarte que…
…para recordarme
El humo, el calor, la falta de costumbre, la polca después
de cenar, las luces,… cualquier cosa.
Y enseguida se acercó un obispo con levita (frase que hacía
fortuna por aquella época) y la conversación se animó.
El encanto inquietante y misterioso de algunas mujeres. ¡Eres
un tozudo! – dijo la abuela Benita - ¿hombre resuelto? Inteligente, sin duda.
Las pruebas a superar son arduas, tengo ganas de descansar;
deme chocolate de hacer…
Tristeza serena. Serenidad triste.
Los armarios de mi casa fueron atacados por la polilla,
cuchara de pan en boca de perro.
El niño, feliz, jugaba todo el día.
Aquél que venga, animará mi espíritu.
Sólo necesitaba verte, sólo quería pasear a tu lado, recorrer
las calles, sentir tu presencia… todo lo demás,
ya está pensado, meditado y admitido. “preparado para servir”
No pienses que nada me convence, no creas que nada deseo y a
nadie. Voy despacio y firme. La falta de ánimo me envuelve. Cada cosa se está
colocando en su sitio (el dolor, casi inexistente)
Estoy interior, evaluando todos los daños, haciendo
inventario minuciosos, contando las posibles bajas y desgranando cada
posibilidad..
¡que la vida no espera!, ya lo sé, pero necesito una pausa/ sin
pausa en mi vida.
You’re my love simply and I don’t want to say
goodbye. My dreams with you are gone away.
Me gusta el sitio donde vives, me agrada la forma como lo
haces… te espero en el café.
Y tu me dices: ¡pon sal!
Ilustradora Nury
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