domingo, 16 de noviembre de 2014

Art senegalais

Jugamos a inventar expectativas y luego vivimos de la insatisfacción de que nada sucede como habíamos pensado. 
Todo ello ocurre, porque no hemos entendido bien el juego.
Sólo existe una verdad: !qué somos!
En cambio, cuando añadimos que somos "eso" empieza el juego y nos convertimos en jugadores, creadores de experiencias.
Lo malo es que confundamos "eso" con la realidad, entonces convertimos el juego en verdad, nos tomamos en serio e injustificadamente dejamos de jugar.


El juego como actitud permite que nos reinventemos. Permite que nos riamos más a menudo. Permite que procuremos ganar, para que ganen todos y no para ganarlos a todos.
Para saber lo que uno es, primero debemos investigar y conocer lo que uno no es.
Permite descubrir que la vida es ilimitada, si sorteamos nuestras propias fronteras del miedo. El juego nos permite fluir y que juego y jugador sean una sola cosa. Sólo entonces dejamos el juego para convertirnos en su creador.

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